Cuando la crisis financiera global golpeó en 2008, los bancos centrales de todo el mundo tomaron medidas sin precedentes para tratar de mantener sus economías a flote.
Bajaron las tasas de interés, y bombearon miles de millones en sus respectivas monedas.
La herramienta que utilizan para cambiar el mundo tan profundamente, sólo ellos la poseen: crean dinero de la nada.
Estos nuevos monarcas del dinero siguen dominando las finanzas del mundo.
EscucheEn silencio, sin mucho alboroto público ni debate, una nueva clase dominante está creciendo en los países más ricos.
Cada seis semanas más o menos, este grupo silencioso de hombres y mujeres se reúne en Basilea, Suiza. Los medios de comunicación les ponen poca atención, y el público en general los ignora.
Pero los que están alertas, como el influyente consejero financiero Mark Grant, de Florida, saben que ellos están tomando algunas de las más importantes decisiones de políticas públicas en el mundo.
«Estas personas tienen un tremendo poder. Son realmente más poderosos que los funcionarios en un gobierno, más que un presidente, más que los primeros ministros». Grant
Sus reuniones son secretas, y cuando hablan públicamente, son deliberadamente ambiguos.
El autor William Greider ha pasado décadas observándolos y escribiendo sobre ellos.
«Esta gente ha intentado alguna vez explicar al común del público estadounidense sobre la existencia de este club de banqueros… que se reúne en Suiza.. y hace todo tipo de cosas interesantes…que afectan a sus vidas… pero no vamos a decirlo!!!!!… Porque son cosas demasiado complicadas?!!!! Por favor!!!. Greider
Son los banqueros centrales del mundo. Y han cambiado nuestro mundo profundamente mediante el ejercicio de un poder que sólo ellos poseen. Imprimen dinero. En los últimos cinco años, produjeron cantidades inimaginables de dinero… miles de millones de dólares, libras, euros y yenes.
Lo que realmente hacen con el dinero que crean es más prosaico. La mayor parte, se lo han prestado a los gobiernos y a las instituciones financieras. Y al hacerlo, casi han salvado al mundo de una segunda Gran Depresión. Pero no se puede dar rienda suelta a esas fuerzas monetarias sin consecuencias, intencionadas o no.
«No hay conciliábulo secreto aquí orquestando cosas». .. Carney
Mark Carney es el gobernador del Banco central de Canadá. Él no ha ordenado ninguna impresión de dinero, pero aprueba que otros bancos centrales lo hayan hecho. Y obtuvo el puesto para dirigir el Banco de Inglaterra, que ha impreso más per cápita que cualquier otro banco central.
«Esta es la política monetaria, que se lleva a cabo hoy en día, la política de estabilidad financiera, que existe en el mundo moderno».
En realidad, el programa de impresión masiva de dinero, conocido como flexibilización cuantitativa, ha castigado a algunos, premiado a otros, y muy posiblemente ha distorsionado todo.
La Dra. Ros Altmann, de la Escuela de Economía de Londres, dice que ese programa no solo es un error, es también profundamente injusto.
» Hubo una masiva transferencia de la renta nacional y la riqueza nacional de las personas mayores a los más jóvenes».
Eso es porque la impresión del dinero hace bajar las tasas de interés… . hasta casi cero en la actualidad, lo que significa que las personas mayores obtienen casi nada sobre sus ahorros. Ha devastado las pensiones, también. Los triunfadores son los jóvenes que toman dinero prestado para casas y autos. Esta es una política deliberada. Los bancos alientan los préstamos y el gasto inmediato, a pesar de que los préstamos y los gastos absurdos causaron el daño económico que todavía están tratando de reparar.
Mark Grant teme lo que está pasando. Él es una especie de oráculo financiero. Sus comentarios son leídos por muchos de los grandes inversores de todo el mundo. Él dice que los bancos centrales han creado una burbuja en todo el mundo.
«Esto es un mercado que se basa en la fantasía del dinero que ha sido impreso». Grant
Mark Grant aconseja a la gente que evite el riesgo en estos momentos. Está prediciendo que todo se vendrá abajo cuando los bancos centrales cierren los grifos, que inevitablemente, tendrán que hacerlo.
Mark Carney, futuro gobernador central del Banco de Inglaterra, como todos los banqueros centrales, dice que todo está bajo control.
«En última instancia la historia juzgará si lo hemos hecho bien, pero creo que las consecuencias son positivas».
El problema es que los banqueros centrales, así como han tenido, sin duda, razón, en algunas de sus predicciones, en otras, resultaron un fiasco.
Y esto hizo que llevaran al mundo hacia lo desconocido y la incertidumbre.
¿Existe una alternativa?
Esta transferencia de los ahorradores a los prestatarios también ha tenido lugar aquí en los EE.UU. y en Canadá, en diversos grados.
Algunos fondos de pensiones de Estados Unidos están en peligro de impago, al menos en parte, debido a estos tipos de interés artificialmente bajos, y los fondos de pensiones canadienses que han sido fuertemente invertidos en deudas más seguras han resultado heridos, también.
En una entrevista en su oficina de Ottawa, el gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney defiende la flexibilización cuantitativa en otros lugares, y su propia política de bajos tasas de interés, a pesar de que reconoce que ha sido duro para los pensionistas y ahorristas.
Al igual que todos los bancos centrales, él argumenta por la negativa: Ha habido consecuencias, sí, pero si no hubiéramos hecho esto, las cosas serían mucho, mucho peor.
En cuanto a dejar que los justos carguen sobre sus espaldas las soluciones : «Yo no veo un mundo donde los justos son recompensados si sufrimos una segunda Depresión», dice. «Esto es lo que está en juego».
Consultado sobre si los bancos centrales no son, de hecho, los que permiten el comportamiento irresponsable de los especuladores, por no hablar de los políticos que no pueden frenar su endeudamiento y el gasto, Mark Carney comenta simplemente que los votantes en democracia tienen los gobiernos que ellos elijen.
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