La distancia que separa a los inmigrantes de sus familias, de quienes se quedaron en la tierra de origen, puede convertirse en un verdadero martirio si uno de sus miembros está en peligro.
El sentimiento de impotencia y la desesperación por el posible desenlace fatal se convierten en parte de la vida del que está lejos.
Hace una década, el realizador canadiense Germán Gutiérrez escribió y dirigió, junto a Carmen García, una película que narraba la difícil situación que vivió cuando le dijeron que su hermano había sido víctima de un intento de asesinato por parte de grupos extremistas. Oscar Gutiérrez sobrevivió al atentado y continuó su trabajo de dirigente político de izquierda.
Nuestra crònica de la semana es con el cineasta, hablando de sus temores y de lo que implica la lejanía cuando un ser amado está en peligro.
Ahora, dos lustros más tarde, el realizador canadiense vuelve a prender las alarmas y a revivir la angustia del pasado: su hermano fue acusado por el gobierno colombiano de ser uno de los organizadores de la huelga y las manifestaciones de los mineros.
En un país como Colombia, dice el realizador, ese tipo de señalamientos pueden llevar a la muerte del señalado.
EscuchePara el director de cine canadiense, es claro que las autoridades colombianas tendrán que aclarar las declaraciones y acusaciones contra el dirigente Oscar Gutiérrez.
Lo que llama la atención en esta historia es que Germán está reviviendo esos momentos que siguieron a la noticia del atentado, aunque en esta ocasión no se trate de grupos armados.
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