La policía lo llamó Proyecto Spade, una investigación sobre la pornografía infantil en todo el mundo.
Han tardado tres años… pero los investigadores acaban de anunciar que han prácticamente desmantelado la mayor empresa internacional de pornografía infantil nunca antes vista. Y un hombre de Toronto ha sido detenido como su cabecilla.
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Los centenares de implicados en una extensa red de pederastia con epicentro en Canadá, provienen de España, Irlanda, Suecia, Noruega, Sudáfrica, Australia, Estados Unidos, México, Brasil, Argentina y Hong Kong, entre otros países.
Durante la investigación, que se inició en 2010, se han incautado hasta 45 terabites que almacenaban cientos de miles de fotografías e imágenes que muestran a menores -desde entre cinco y 12 años- en posturas de alto contenido sexual.
La productora Azov Films, con sede en Toronto, y su propietario, Brian Way, han sido los principales objetivos en torno al que se ha desarrollado la operación Proyecto Espada que ha permitido desmantelar la red de pornografía infantil.
La empresa aparentemente se dedicaba a la distribución de DVD y películas en streaming de carácter naturista, legales en Canadá y EE UU, pero, bajo esa tapadera, Way enviaba vídeos con imágenes de menores desnudos a 94 países, obteniendo unos ingresos anuales de 1.600 millones de dólares.
La policía dice que Brian Way contrataba gente en Rumania y Ucrania para filmar a niños varones.
Luego se vendían esos videos en línea y por correo.
Johanna Beavin dirige la Unidad de Delincuencia Sexual de la policía de Toronto.
«Los investigadores encontraron cientos de miles de videos que muestran actos sexuales terribles contra niños muy pequeños. Algunos de los peores que jamás se hayan visto»
Y había algo especialmente repugnante en todo esto.
El periodista de investigación de CBC Julian Sher ha trabajado con la policía en casos de explotación infantil, y dijo que, en este caso, la pornografía infantil era ofrecida a la carta, según los deseos específicos de los predadores.
La policía afirma que a las personas que filmaban niños en Europa , los clientes les pedían “quiero más de este, o de aquel otro , quiero ese chico». Los niños en los videos tenían nombres y los clientes pedían por sus nombres a los niños que querían ver.
En total, trescientos cuarenta y ocho personas de todo el mundo se enfrentarán a una amplia gama de cargos.
Ciento ocho de ellos se encuentran en Canadá.
Y la inspectora Bevin dice que los delincuentes no tienen estampada en la frente la palabra «monstruo». En su mayoría parecen ser gente ordinaria.
«Los arrestos en Canadá incluyen a 40 maestros, 9 médicos y enfermeras, 42 personas que trabajan como voluntarios con los niños, 6 agentes de policía, 9 pastores o sacerdotes y 3 padres adoptivos»
La buena noticia dentro en esta terrible historia, dice Gerald O’Farrell un investigador de Servicio Postal de EE.UU. es que la mayoría de los niños han sido encontrados y rescatados.
«El número más sorprendente es 330. Ese es el número de niños que los inspectores postales fueron capaces de identificar y rescatar de los abusos sexuales y la explotación a manos de los delincuentes»
Los investigadores dicen que el Proyecto Spade aún no ha terminado.
Que la investigación continúa y que habrá más detenciones.
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