Proteger a sus hijos del ciberacoso puede tener menos que ver con desenchufar dispositivos, y más con la conexión como familia. Un nuevo estudio de la Universidad McGill confirma que los niños que son acosados en línea son más propensos a sufrir problemas mentales y de abuso de sustancias.Pero sentarse a comer con sus hijos puede hacer una gran diferencia, poco importa lo que hay en el plato.
EscucheEstas cenas familiares podrían ser la receta de Gale Stonechild para proteger a sus niños de los efectos peligrosos del acoso cibernético.
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Ella es la única persona responsable de cuidar a sus cinco nietos.
Todos están por debajo de los 6 años, pero ya cautivados por la tecnología
El último número de la revista de pediatría de la Asociación médica estadounidense dedica su espacio al ciberacoso.
Un investigador de McGill analizó los resultados de una encuesta con 20 mil adolescentes en los Estados Unidos.
El estudio reveló que 20 por ciento de los niños sufrió en grados diferentes, de ciberacoso.
Los que son acosados repetidamente en línea son de dos a cuatro veces más propensos a sufrir de problemas de salud mental y de abusos de sustancias.
Frank Elgar es profesor de Psiquiatría de la Universidad McGill
Encontramos un aumento de las tasas de cosas como la depresión, la ansiedad, de comportamiento auto destructivo, incluso pensamientos de suicidio
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Pero el estudio encontró además que las comidas familiares hacen una diferencia.
Un chico que sufre acoso en línea asiduamente y nunca comparte una comida con su familia tiene 7 veces más probabilidades de deprimir, intentar suicidio, abusar del alcohol y de las drogas recetadas.
Catherine Bradshaw trabaja en el centro Johns Hopkins para la Prevención de la Violencia Juvenil.
No se puede negar que pasar tiempo juntos en familia ofrece una oportunidad para conversar acerca de lo que pasa en tu día, y también otorga una mayor oportunidad para unirse y conectarse.
Gale Stonechild admite que casi todos los días ella está más preocupada por lo que entra en las bocas de los niños… que las palabras que salen.
Pero ella es capaz de ver las señales de problemas en la mesa, cuando comen juntos.
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Y esta abuela, conocida como Kukum sabe qué hacer en esos casos.
Yo sólo les digo sin rodeos, ven a hablar, no te guardes cosas, Kukum no va a decir nada, Kukum no se va a enojar, sólo dime qué pasa.
Más de la mitad de los niños en el estudio dicen que comparten una comida con su familia por lo menos 5 veces a la semana.
Pero los expertos afirman que si usted no puede comer con sus hijos, hacerse un tiempo para el contacto diario y la comunicación, logrará los mismos resultados positivos.
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