En México, la crisis económica de la década de los 80 propulsó a muchas mujeres hacia el mercado laboral. Más no obstante, ellas tienden a ocupar los trabajos menos remunerados y no es sorprendente que su contribución en la economía del país sea aparentemente más baja que la de los hombres.
La diferencia con respecto a los hombres es que las mujeres en México, como en muchas otras regiones del mundo, además del trabajo fuera de sus casas, continúan haciendo todo el trabajo doméstico, se siguen ocupando del cuidado de los niños y de las personas mayores. Estas actividades no son contabilizadas en la “economía normal” del país, pero tienen un impacto económico en los ingresos de la familia.
El proyecto Contando el trabajo de la mujer, financiado entre otros por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC-CRDI por sus siglas en inglés y francés) se propone justamente darle un valor monetario a todo ese trabajo para que por un lado quede registrado en las cuentas nacionales y por otro, reporte cómo varía este trabajo a lo largo del ciclo de vida de las personas.
El proyecto permite de esta forma, ver cómo esta situación podría afectar las oportunidades que puedan tener las mujeres a lo largo de su vida y cómo el gasto de los gobiernos llega más a unas personas que a otras.
Una de las particularidades del proyecto es que utiliza una metodología propuesta por el CRDI, que permite proveer un excelente marco de trabajo para analizar las diferencias de género dentro de las medidas económicas imperantes.
EscuchePablo Gómez Barrios conversó con Estela Rivero, investigadora mexicana en el proyecto Contando el trabajo de la mujer.
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