La industria pornográfica en Canadá es la principal educadora de los niños en materia sexual
Más niños canadienses y de todo el mundo en edades cada vez más jóvenes tienen acceso a la pornografía en línea. Pero no hay mucho consenso sobre lo que deben hacer los padres o maestros.
EscucheRecientemente en Winnipeg en la provincia de Manitoba, el grupo de defensa de los niños llamado Beyond Borders celebró un simposio titulado «Generación XXX, la pornificación de nuestros hijos.» En este simposio, varios expertos canadienses han estudiado cómo los niños se educan con los productos anunciados por la industria de la pornografía.
«La industria de la pornografía es la educadora sexual líder en el país de nuestros niños y nuestras niñas», según Cordelia Anderson, una de las expertas que hablaron en el simposio.
Cathy Wing, Co-Directora Ejecutiva de HabiloMédias de Ottawa, otra oradora, dijo por su parte que «realmente tenemos que hablar con los niños a una edad temprana, antes de que queden expuestos a la pornografía en línea. »
Como lo señaló Cathy Wing, «parece que hay menos estigmatización sobre la búsqueda de la pornografía, porque todo el mundo lo hace, que sobre la búsqueda de información correcta sobre la sexualidad. »
28% de los niños varones buscan porno por lo menos una vez a la semana
Recientemente se publicaron los resultados de una encuesta que reveló que el 28% de los chicos dijo que buscaba pornografía en línea al menos una vez a la semana.
En comparación, sólo el ocho por ciento de los estudiantes encuestados dijeron que habían buscado en línea información acerca de la sexualidad.
Thierry Plante es especialista en educación en medios, en HabiloMédia, empresa en Ottawa que efectuó el gran sondeo que clarifica los hábitos de los adolescentes en la web.
“Ahora con internet, entre otros, el acceso es definitivamente más fácil sobre todo cuando se constata que los jóvenes tienen un acceso más móvil a internet. Pueden acceder a través del teléfono, de las consolas de los juegos videos. La otra diferencia es que antes para tener acceso a la porno había que encontrar una revista en algún lado. Ahora, toda la pornografía del mundo está disponible 24 horas sobre 24.”
El fenómeno de los adolescentes adictos a la pornografía en la red alcanza mayores dimensiones en la provincia de Quebec: un 25% de los adolescentes francófonos de Quebec afirman que buscan pornografía cada día o cada semana, comparado con el 12% de los adolescentes en el resto de Canadá.
Por supuesto que cuando se trata de ver pornografía puede haber una discrepancia entre lo que los niños dicen que hacen y lo que realmente hacen.
Un estudio español, por ejemplo, dijo que el 53,5 por ciento de los jóvenes españoles de 14 a 17 han visto pornografía en línea, mientras que una encuesta realizada en el Reino Unido por Opinium Research en junio con jóvenes de 18 años de edad revelaba que para casi la mitad de ellos ver porno entre los 13 y 14 años era típico de esa franja de edad.
Los lados buenos y malos de la pornografía
La pornografía puede tener efectos tanto positivos como negativos, según Alice Gauntley una estudiante en sexualidad de la Universidad McGill en Montreal.
«Puede fortalecer los estereotipos sexistas, racistas y transfóbicos y darnos expectativas irreales sobre el sexo y nuestros cuerpos. Pero también puede ser una fuente de placer y una forma de explorar nuestras sexualidades. »
A Alice Gauntley le gustaría ver un componente de educación en los medios sobre la pornografía como parte de la educación sexual para ayudar a los estudiantes a «reconocer las diferencias entre el sexo en la pornografía y en la vida real.”
Fantasía, no realidad
La terapeuta sexual Wendy Maltz dice que aunque los niños tienen el sentido de que deben ver la pornografía como ficción, ella no piensa que lo hacen.
«Se necesita un pensamiento de un orden superior para mantener esa distancia, especialmente bajo la influencia de la excitación sexual. Todo se vuelve borroso cuando hay una emoción asociada a la porno.»
Maltz, autora de La trampa de la pornografía: Guía esencial para superar los problemas causados por la pornografía, dice que «la imagen es la realidad en el Internet.»
Agrega que aunque no se detendrá la curiosidad de los jóvenes sobre el sexo, es importante para ellos saber que la curiosidad es normal. «No significa que están enfermos, si encuentran esas cosas excitantes».
Pero a Maltz le molesta que, debido a la prevalencia de la pornografía, «los niños están siendo despojados de su propio condicionamiento sexual que proviene de experiencias románticas de la vida real.»
A ella le gustaría ver a los niños comenzar a recibir una educación sexual sana antes de comenzar a ver la pornografía.
¿Dónde tienen que obtener esa educación los jóvenes?
Linda Kasdorf, que estudia por su parte el impacto de la pornografía en los niños y jóvenes en la Universidad de Regina, Saskatchewan, cree que los padres tienen la responsabilidad no sólo de proteger a los niños contra la pornografía, sino también de educarlos sobre el sexo.
«La intimidad sexual está totalmente ausente cuando los niños ven la pornografía, y no hay manera de prepararlos para comprender ese vacío.»
Linda Kasdorf sostiene que cuando se trata de entender la pornografía, la educación debe partir de los propios adultos. «Muchos padres no tienen idea de que sus hijos pueden acceder a la pornografía, son ingenuos.»
Añadió que «los padres deben aprender ellos mismos a hablar de la pornografía con sus hijos. Y quiere que la porno se convierta en un componente de los programas de educación sexual en las escuelas.
Chris Markham, director de la Asociación de Física y Educación para la Salud, en Ontario, sostiene que la educación sexual es una responsabilidad compartida de los padres, las escuelas y la comunidad, si bien reconoce que, «los padres son los primeros educadores de sus hijos.»
Markham dice que el plan de estudios provincial debe abordar la cuestión de la pornografía en Internet y que se trata de una necesidad apremiante para los niños en Ontario.
El plan de estudios de Ontario para la educación sexual data de la década de 1990, cuando la pornografía en Internet estaba en su infancia y antes de que la mayoría de los estudiantes de hoy hubieran nacido.
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