Y bien, les hemos hablado la semana pasada y esta semana de las tormentas de nieve que han azotado el este de Estados Unidos y de Canadá.
De hecho, el anuncio de la llegada de una de ellas, Juno, en toda la región de Nueva Inglaterra, en el este de Estados Unidos, obligó al alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, a tomar medidas tan drásticas como la prohibición de la circulación automóvil en la ciudad, salvo para los vehículos de emergencia, tales como bomberos, ambulancias y autos patrullas de la policía, durante la tormenta.
Finalmente, y como decía mi abuelo, “el tigre no fue como lo pintaron” en Nueva York, pero si lo fue en Boston, donde azotó fuertemente a la ciudad y donde cayeron 75 centímetros de nieve, con fuertes vientos que sobrepasaban los 100 kilómetros por hora.
Un reciente estudio de un equipo de investigadores en climatología de la Universidad de Toronto, en colaboración con investigadores británicos y suecos, publicado en la revista Science, afirma que los cambios climáticos modifican a un punto tal el ciclo del agua que la atmósfera no circula más de la misma forma como lo ha hecho desde siempre.Y sus previsiones son que las tormentas serán menos numerosas pero muchísimo más fuertes en el futuro.
EscucheSegún el responsable del estudio, Frederic Laliberté, climatólogo y profesor de Física de la Universidad de Toronto, la tormenta Juno es el ejemplo típico de lo que serán las tormentas de nieve en el futuro.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.