Según Leonel Sauceda, portavoz de la Secretaría de Seguridad de Honduras, siete integrantes de la pandilla 18 fueron estrangulados este fin de semana por sus propios compañeros de celda. Tres de los homicidios habrían ocurrido en el Centro Penal Sampedrano y cuatro en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto en Támara.
Las fuentes policiales indicaron que los homicidios se originaron después que los detenidos hubieran intentado violar a una de las visitas, rompiendo así la norma interna. De acuerdo con este código, ningún preso puede ni cortejar, ni agredir a la mujer de otro prisionero.
Al parecer, un grupo de pandilleros llevó a los culpables al módulo donde se encuentran detenidos y buscaron la forma de asesinarlos. El estrangulamiento se debe a que después de recientes decomisos los victimarios no tenían armas en su poder.
Según el portavoz Sauceda, ha habido cambios de cabecillas y a sabiendas o ignorando el código, ese día los pandilleros que perdieron la vida incumplieron la norma.
El oficial reveló que los cuerpos de inteligencia iniciaron un trabajo de identificación de los responsables de los crímenes para trasladarlos a celdas de máxima seguridad para evitar que este tipo de hecho se sigan reproduciendo.
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