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Energía magnética: más tolerancia con inmigrantes y menos fe en Dios

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Según una investigación con energía magnética, un tercio de los sujetos que participaron de la proyecto resultaron ser más tolerantes con los inmigrantes y aseguraron creer menos en Dios.

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¿Qupe pasaría si la fe en Dios y los prejuicios contra los inmigrantes pueden ser alterados con energía magnética? Esta es la pregunta que este grupo de científicos se hizo en un trabajo publicado en la revista Neurociencia Social cognitiva y afectiva.  Este tipo de experimentos científicos con “energía magnética” es realizado mediante estimulaciones magnéticas transcraneales, un procedimiento no invasivo realizado con una bobina de metal que emiten impulsos al cerebro del paciente. Con esa energía, se activan ciertas regiones del cerebro, método que es utilizado para medir el daño de un derrame cerebral y en menor medida pero en paulatino aumento, en el tratamiento de casos de depresión. En el marco de esta investigación, los científicos trataron de hacer lo opuesto, es decir, desactivar temporalmente una parte del cerebro (la que responde a las amenazas) y medir su efecto sobre las creencias y los prejuicios vinculados con ellos.

Para llevar a cabo esta investigación, los científicos de la universidad británica de York en conjunto con un grupo de profesionales de la UCLA, reclutaron a 39 estudiantes universitarios con un perfil políticamente moderado. Este grupo fue dividido en 2. El primero de los grupos fue sometido a una simulación transcraneal magnética que no producía ningún efecto en el cerebro de los participantes y la otra mitad fue expuesta al mismo estímulo pero lo suficientemente fuerte como para apagar temporalmente un segmento específico de la parte posterior medial de la corteza cerebral. Esta parte del cerebro cercana a la frente, conocida como PMFC por sus siglas en inglés, es la que identifica los problemas y después de medir el nivel de amenaza, genera una respuesta para cada uno de ellos.

Lo primero que se registró fue el efecto del cierre temporal de la parte del cerebro que forma juicios basado en amenazas. Luego de recibir las dosis de estimulación transcraneal magnética se les pidió a los participantes responder preguntas sobre su propia muerte. Según estudios anteriores, pensar en la muerte de uno mismo puede afectar directamente la creencia de una persona en la religión. Un modelo parecido fue utilizado para testear los niveles de prejuicio para con los inmigrantes. Los participantes recibieron dos cartas escritas por inmigrantes, una de ellas elogiando el país y la otra con fuertes críticas. En el caso de la religión, la hipótesis teórica sugería que, suspendiendo la actividad de esa región específica del cerebro, la necesidad de la creencia en Dios se vería reducida y en el caso de los inmigrantes, los sujetos serían menos influenciados por las cartas negativas.

En los dos casos las hipótesis fueron corroboradas. En los participantes que fueron expuestos a la energía magnética un 32.8 % expresan menos creencia en Dios, los ángeles o el cielo y el 28.5% mostró una respuesta positiva hacia el inmigrante que fue crítico con los Estados Unidos, comparándolo con el grupo de control.

 Dr Keise Izuma / Universidad de York

Dr Keise Izuma / Universidad de York

Keise Izuma, de la universidad de York asegura que el estudio es en realidad bastante sencillo. Según Izuma “la gente recurre seguido a la ideología cuando se enfrenta a los problemas”.

Uno de los objetivos de esta investigación era saber si una región del cerebro que está relacionada específicamente con la resolución de problemas concretos también estaba implicada en la solución de problemas abstractos tocados de cerca por la creencia o la ideología. Izuma aseguró que “la decisión de traer la “muerte” al cuestionario fue motivada por una investigación previa que sugería que la gente busca consuelo en la religión cuando se presentan temas relacionados con la muerte”.  El científico agregó que “como era de esperar, se encontró que cuando experimentalmente se apaga una parte de la corteza posterior frontal medial, la gente estaba menos dispuesta a llegar a ideas religiosas de consuelo a pesar de hablar de su propia muerte”.  Con respecto a la inmigración, según los profesionales, fue una amenaza menos concreta pero que al percibirla como venida desde el exterior, la reacción es diferente y se responde a esa amenaza aumentando los valores de grupo, entre otros, los religiosos, que al estar anulados por la energía magnética, fueron tolerados de mejor manera.

Colin Holbrook, uno de los autores principales de este artículo expresó que los resultados observados son un buen primer paso. Holbrook asegura que los resultados son llamativos pues dan la idea que los mecanismos cerebrales utilizados para combatir las amenazas directas y concretas son reutilizados para reaccionar frente a las amenazas ideológicas. Según el científico, la tarea es seguir investigando para entender exactamente cómo y porqué las creencias religiosas y las actitudes etnocéntricas se redujeron en el experimento.

Fuentes: Agencias, Universidad de York, UCLA

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