Ayer, después de 6 años de trabajo se presentó en el Centro de Congresos Shaw de Ottawa, el informe final de la Comisión Verdad y Reconciliación sobre los pueblos indígenas de Canadá. En esta difícil, dolorosa y ardua tarea, la Comisión recopilo 6.750 testimonios de sobrevivientes de este “genocidio cultural”, como lo llamó Beverly McLachlin, jueza en jefe de la Corte Suprema de Canadá.
Estos testimonios fueron recopilados en 300 comunidades indígenas canadienses, para documentar las sevicias sufridas en las escuelas residenciales dirigidas por religiosos católicos y protestantes, a lo largo y ancho de Canadá, por 150.000 niños indígenas arrancados a sus familias y completamente desarraigados de su cultura desde finales del siglo XIX hasta 1996, cuando se cerró la última escuela residencial aún existente. Por lo menos 3.200 niños perdieron la vida durante ese lapso. Un capítulo oscuro de la historia de Canadá.
EscucheEl informe, que pesa 25 libras y que contiene más de 2 millones de palabras en 10.000 páginas y 7 volúmenes, fue comentado por la prensa escrita, radial, televisual e Internet en francés e inglés de todo el país.
Antes de hablar de reconciliación, es necesario saber la verdad, escriben hoy en el Globe and Mail de Toronto, Hayden King, indígena Anishinaabe de Ontario, directora del Centro para la Gobernanza Indígena de la Universidad Ryerson de Toronto y Erica Violet Lee, indígena Nehiyaw de Saskatchewan, estudiante en filosofía en la Universidad de Saskatchewan
“Es crítico para los canadienses leer los registros históricos de las escuelas residenciales para comprender los contornos de esta campaña grotesca. Porque esos registros son la confirmación de los crímenes coloniales cometidos contra los pueblos indígenas en este país. Es el reconocimiento de que 150.000 niños indígenas fueron arrancados de sus hogares. Y sí, esto es un genocidio” Hayden King y Erica Violet Lee.
Los abusos físicos y sexuales en las escuelas, el lavado de cerebro, la experimentación y el elevado número de muertes y enfermedades desafían la comprensión. El presidente de la Comisión, el juez indígena Murray Sinclair, dice que el informe final subestima el número de niños indígenas muertos en las escuelas residenciales. «Quizá, nunca sepamos el número exacto», dice el juez Sinclair.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que se encontraba presente en el Centro de Congresos de Ottawa, durante la presentación del informe final de la Comisión, no pudo retener sus lágrimas y presentó sus excusas en nombre del gobierno de Canadá. Justin Trudeau habló del “deber de memoria” e invitó a los profesores de historia de todo el país a darle el lugar que merece este triste período que duró cerca de 130 años, y en el que miles de niños indígenas fueron maltratados y murieron en las escuelas residenciales. El primer ministro reiteró su intención de aplicar las 94 recomendaciones que contiene el informe.
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