Hola que tal. En nuestra crónica dominical esta semana vamos a hablarles de una forma muy particular de cambiar de físico. ¿Cómo? Con un trasplante de cabeza, no faltaba más! Imposible! Dirán algunos, pero lo cierto es que un equipo de especialistas chinos, supervisados por el neuro cirujano italiano Sergio Canavero, médico del Grupo Avanzado de Neuromodulación de Turín, logró trasplantar la cabeza de un mono en el cuerpo de otro mono.
Este grupo es responsable del desarrollo de un revolucionario método para el trasplante de cabezas humanas y según ellos, la primera operación de esta índole será posible para finales de 2017. El proceso de trasplante se basa en la unión de la espina dorsal de la cabeza separada con la espina dorsal del cuerpo receptor, empleando una substancia química. Ese método se llama Gemini.
EscucheEl doctor Sergio Canavero viene afirmando desde hace algunos años que él podrá lograr esta hazaña en los humanos. Por el momento lo logró con un mono, al cual dejaron vivir con la cabeza trasplantada durante unas 20 horas antes de desconectarlo. Pero esta idea no es nueva porque ya en la década de los 70, el neurocirujano Robert White estadounidense, había logrado hacer un trasplante, pero el mono al que le trasplantó la cabeza no sobrevivió mucho tiempo.
Desde 2013, el equipo médico de la Universidad Harbin en China trabaja en el trasplante de cabeza con ratas y el resultado es positivo. Pero al parecer ya tiene a un voluntario. Se trata del ruso Valery Spiridonof, quien sufre de una enfermedad degenerativa. Por ahora el desafío consiste en conseguir los fondos necesarios para la operación, que son del orden de los 20 millones de dólares.
Ahora el problema que se presenta no es de orden médico, ni económico en algunos casos, sino de orden ético. El primero es el consentimiento del “donante del cuerpo”, porque no se trata ya de consentir simplemente a donar un órgano o varios órganos del cuerpo, tales como el corazón o el hígado, sino de donar el cuerpo entero. Varias preguntas quedan en suspenso dice el Dr. Bryn Williams-Jones, director de los Programas de Bioética de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Montreal.
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