La líder indígena Berta Cáceres fue asesinada en la madrugada del jueves. Desconocidos entraron a su vivienda, situada en La Esperanza a 200 kilómetros de Tegucigalpa, la capital, y dispararon sobre ella, hiriendo también a su hermano.
La madre de la activista, Berta Flores, declaró que el asesinato fue realizado de manera que pareciera un robo, pero que se sabe que fue debido a su lucha (AFP).
Berta Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH, había recibido numerosas amenazas de muerte debido a sus luchas medioambientales y de defensa de su pueblo Ienca.
Berta se opuso al proyecto de embalse Agua Zarca en el Río Gualcarque, una construcción que amenaza de dejar a los habitantes de los alrededores sin agua potable.
La madre de Berta Cáceres también declaró que la Comisión Interamericana de derechos humanos había pedido que se tomaran medidas para garantizar la seguridad de la militante, pero que no había recibido ninguna protección del Estado debido a las presiones de los defensores del sector minero y las empresas hidroeléctricas.
Berta Flores afirmó que su hija había tenido “un altercado” recientemente con los militares y dirigentes de la empresa que está construyendo el embalse. “Me dijo que me dijo que tenían que parar porque era destruir la vida, era destruir la humanidad», agregó Flores.
En 2015, Berta Cáceres, madre de cuatro hijos, recibió el premio medioambiental Goldman.
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