El jefe del Estado Mayor del Ejército canadiense anunció esta semana que la fuerza militar necesita tener nuevos aviones no tripulados y quiere que esos drones lleven misiles. Esta modernización del arsenal canadiense es tema de controversia en el país.
Las declaraciones del general Jonathan Vance se produjeron poco después de un ataque aéreo estadounidense en Somalia durante el fin de semana en el que murieron unos 150 militantes vinculados a Al-Shabaab. El ataque se llevó a cabo utilizando en parte por aviones no tripulados.
El ejército de Estados Unidos tiene más de 11.500 aviones no tripulados, incluyendo unos 500 drones de tipo Predator capaces de llevar a cabo bombardeos.
El uso militar de aviones no tripulados armados está plagado de controversias, que incluyen desde la percibida facilidad con la que los operadores de los drones aprietan el botón para lanzar cohetes, pasando por el número de civiles que son muertos por estos ataques con drones.
Por otro lado, los beneficios del uso de aviones no tripulados son difíciles de ignorar. Uno de ellos es que los operadores de los drones no corren el riesgo de morir durante un ataque, como puede ocurrir con los pilotos de los aviones de combate.
Según Elinor Sloan, profesora de relaciones internacionales en la Universidad de Carleton, “es hora de que Canadá compre esa clase de avión no tripulado», señalando que el hecho de armarlos con misiles simplemente proporciona otras opciones en una zona de guerra.
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