Hay una especie de caribú que vive en las Praderas canadienses. Se llama woodland caribu, o caribú del bosque, que una de las cinco subespecies reconocidas en Canadá. El número de animales de esta especie se ha reducido enormemente, especialmente en la provincia de Alberta.
Una de las razones es la apertura de caminos y senderos a través de lo que antes eran tupidos bosques boreales que servían de protección contra los lobos en esa provincia petrolera.
El gobierno de esa provincia ha redactado un plan de protección de los caribúes, pero los defensores medioambientales denuncian que ese plan coloca los intereses de las empresas por encima de las necesidades de conservación de la vida silvestre.
El número de caribúes que vivía en estos bosques hace unos cien años atrás se ha reducido hace mucho tiempo.
El biólogo Kevin Van Tighem explica que el territorio de bosque necesario para la supervivencia de los caribúes ha desaparecido en muchas regiones de la provincia de Alberta.
Ahora, el gobierno de esta provincia tiene la esperanza de que su plan de protección de esta especie incremente el número de caribúes del bosque en los próximos cincuenta años mediante la reducción de las actividades industriales, la construcción de áreas protegidas para los caribúes hembras y sus crías, además de la eliminación de los lobos.
Para algunos biólogos, el plan de las autoridades de la provincia de Alberta no tiene sentido y va en la dirección equivocada.
Decenas de científicos y defensores del medioambiente le han pedido al gobierno de Alberta que reconsidere su plan de protección de los caribúes.
El biólogo Gilbert Proulx explica que no hay datos verificables que demuestren que matar lobos va a salvar a los caribúes en dos regiones de Alberta, y que lo que puede ocurrir es que una vez eliminados los lobos, sean otras las especies carnívoras que ocupen su lugar.
La provincia de Alberta consultó con el profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de Alberta, Stan Boutin, sobre su plan para salvar al caribú. Él dijo que ese plan era un primer paso positivo para la recuperación de las pocas manadas de caribúes que quedan.
El plan propuesto dejaría unas dos terceras partes del área libre de la explotación industrial.
Para Van Tighem ese plan es insuficiente. Él sostiene que tiene que haber una agresiva restauración del hábitat. Se tiene que suspender inmediatamente el corte de árboles en las montañas de Little Smoky, se debe poner un alto a las actividades petroleras y gasíferas, ya que sin un bosque en buena salud no es posible una manada de caribúes saludable.
Los defensores del medioambiente y la fauna silvestre están preocupados antes los planes de la provincia de Alberta, puesto que pueden sentar un precedente de mayores consecuencias.
El resultado será que los intereses de las industrias extractivas estarán por encima de la necesidad de proteger los ecosistemas.
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