Refugiados sirios que residen en la zona de Fredericton se convirtieron en agricultores aprendices este verano: 12 hectáreas de tierra agrícola en Keswick Ridge les fueron ofrecidas para que puedan plantar y, al mismo tiempo, llenar su despensa.
Algunos no empezaban de cero. Ya eran agricultores en su país antes de emigrar a Canadá, dice Brittany MacLean del Consejo de Conservación de Nuevo Brunswick.
«Muchos de ellos no tienen todavía trabajo. Por el momento asisten a clases de inglés durante el día y luego buscan la manera de mejor alimentar a sus familias «, dice ella.
Un antiguo propietario donó tierras al Consejo de Conservación en la década de 1980. Diez familias sirias las han cultivado este verano.
«Eso corresponde al objetivo de Jim y Kay Bedell cuando han donado estas tierras, dice MacLean. Eran activistas por la paz y querían un uso sostenible y comunitario de sus tierras. »
Brittany MacLean cree que la experiencia de este verano fue un éxito, pero el proyecto Tula Farm, como se le llama, tuvo que superar algunos obstáculos.
El transporte fue el primero. «Los refugiados recién llegados todavía no tienen un permiso de conducir, por lo que les era difícil llegar a la tierra para el cultivo. »
El ciervo también les complicó el trabajo a los aprendices agricultores. Algunos saltaron por encima de la valla electrificada que protegía a la tierra para ir a pastar los brotes jóvenes. Para el año próximo se prevén medidas de disuasión más eficaces.
El proyecto entonces, continuará. Tula Granja tiene como objetivo formar profesionales jóvenes agricultores.
«En un año o dos, queremos que se sientan cómodos de cultivar un acre de tierra y tal vez, quien sabe, crear una pequeña compañía «, dice Brittany MacLean.
RCI con información de Shane Fowler, CBC
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.