Justin Trudeau al día siguiente de su elección.

Justin Trudeau al día siguiente de su elección.
Photo Credit: PC / Adrian Wyld

Balance del 2016 en Canadá con Marcelo Solervicens

Generalmente, después de una elección todos los gobiernos canadienses gozan de un período que por estos lares suelen llamar de “luna de miel” y sorprendentemente, el del gobierno de Justin Trudeau ha sido uno de los más largos, nos dice en entrevista el politólogo Marcelo Solervicens.

En la práctica, aunque pueda decirse que el año 2016 termine todavía en “luna de miel”, algunas sombras se vislumbran en el horizonte del 2017. Una de esas sombras fue puestas en relieve por el diario The Globe and Mail de Toronto al denunciar “sistemas que permitirían un financiamiento no muy ético del Partido Liberal”.

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Durante todo este año, señala Solervicens, el gobierno liberal ha gozado de cierta ventaja si se le compara con la década del gobierno conservador de Harper. Años, que de alguna forma han sido hasta cierto punto, traumáticos para una buena parte de la población canadiense. Esto permitió al nuevo gobierno liberal de Justin Trudeau desactivar una serie de disposiciones heredadas del gobierno Harper y replantear la posición de Canadá tanto a nivel nacional como internacional. Muchos canadienses miran con buenos ojos esta política y la aprueba.

Stephen Harper, ex Primer ministro conservador de Canadá.
Stephen Harper, ex Primer ministro conservador de Canadá. © Jake Wright

Pero también está claro que desde que Justin Trudeau asumió el poder  no ha habido en el Parlamento de Ottawa una oposición debidamente estructurada. El Partido Conservador -que todavía sigue sin un jefe oficial desde la renuncia de Stephen Harper al perder las elecciones–  no sabe muy claramente hacia dónde va. Los delegados deberán elegir a su nuevo jefe o nueva jefa, el 27 de mayo de 2017.

El Nuevo Partido Democrático, NPD, también sigue sin jefe oficial puesto que los delegados le mostraron la puerta a Thomas Mulcair, en abril de este año, culpándolo de no haber sabido llevar el partido al poder, cuando parecía tener viento en popa y gozar del apoyo de los canadienses. Thomas Mulcair, quien sigue como jefe del NPD hasta el otoño de 2017, tampoco ha logrado conseguir la forma de hacer una oposición eficaz.

Este desbarajuste de los partidos de oposición en Ottawa ha beneficiado ampliamente a Justin Trudeau, lo que le ha permitido ir más allá “de los 100 días” que generalmente se suele decir que dura la “luna de miel” de los políticos recién elegidos.

Thoma Mulcair, jefe del Nuevo Partido Democrático de Canadá.
Thoma Mulcair, jefe del Nuevo Partido Democrático de Canadá. © PC/JASON FRANSON

Según un sondeo Nanos para el Instituto de Investigación en Políticas Públicas, publicado justamente este martes 27 de diciembre, esta luna de miel parece haber terminado. Los apoyos del gobierno Trudeau siguen siendo sólidos, pero comienzan a debilitarse, dice el sondeo. La actuación de los Liberales federales es calificada de buena o muy buena por 43% de los encuestados, contra 60% el año pasado, justo después de la elección de Justin Trudeau a la cabeza del país en octubre de 2015.

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Con el politólogo y analista político canadiense de origen chileno, Marcelo Solevicens pasamos en revista los hechos más y menos sobresalientes del 2016 para el gobierno liberal de Justin Trudeau.

Categorías: Economía, Política
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