El Presidente de la Comisión de Inmigración y del estatus de refugiado de Canadá alega que la agencia hace todo lo posible para hacer frente a las numerosas solicitudes de asilo, pero que el gobierno también debe tomar medidas concretas para descongestionar sistema.
Con el creciente aumento de la demanda en los últimos meses, la Comisión espera recibir este año 30.000 solicitudes, tres veces más que hace cuatro años.
El Presidente de la Comisión Mario Dion, dijo a The Canadian Press que han aportado algunos cambios internos para hacer frente a esta afluencia de peticiones, pero asegura que en la Comisión no puede hacer más.
Dion quisiera que el gobierno liberal elimine el calendario establecido por la ley para el examen de las peticiones, así como la política de «países designados de origen», países que, en opinión de Ottawa, «por lo general no producen refugiados, que respetan los derechos humanos y que ofrecen una protección del estado”.
Esta política se puso en marcha precisamente para acelerar la tramitación de las solicitudes, ya que los solicitantes de refugiados que provienen de estos países designados son excluidos rápidamente.
De acuerdo con el presidente de la comisión, una auditoría interna llegó a la conclusión de que ambas políticas más bien complicaron el procesamiento de los expedientes y causaron atrasos que obstruyen el sistema.
La oposición neo demócrata y los militantes de los derechos de los refugiados argumentan que los atrasos ponen en peligro la integridad del sistema. Ellos creen que el gobierno liberal, que destaca su generosidad hacia los refugiados en el mundo, debería tomar medidas concretas si quiere demostrar su seriedad.
«La inercia de Ottawa»
Por otra parte, el primer ministro de Manitoba elevó el tono el martes, invitando al gobierno federal a la acción ante la afluencia de solicitantes de asilo provenientes de Estados Unidos.
El ministro federal de Seguridad Pública, Ralph Goodale, había dicho previamente el martes a la prensa en Regina, que Ottawa seguía de cerca la situación, recordando que la inmigración es un área de jurisdicción compartida.
El primer ministro Brian Pallister respondió que Ottawa se cruza de brazos mientras los habitantes de Manitoba hacen todo el trabajo. Le sugirió al ministro federal visitar los centros de acogida para comprobar hasta qué punto están desbordados.
Recordando que el número de solicitantes de refugio en Manitoba se ha más que duplicado este año, el Sr. Pallister argumenta que los subsidios federales ya no pueden cubrir los crecientes costos de asistencia judicial, de la enseñanza de la lengua y otros programas de apoyo a los recién llegados.
El premier Pallister escribió a su contraparte federal hace dos semanas, aunque no obtuvo respuesta todavía de Justin Trudeau.
La Presse canadienne/Radio Canadá-Manitoba
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