Con la participación de más de 100 países, este lunes se llevó a cabo en la sede de la ONU, en Nueva York, la inauguración de la Conferencia de las Naciones Unidas para la Prohibición Total de las Armas Nucleares.
Uno de los objetivos de esta conferencia, que se lleva a cabo el 27 al 31 de marzo y del 15 de junio al 7 de julio de este año, es la construcción de un instrumento jurídicamente vinculante para eliminar el uso de estas armas de destrucción masiva.
Allí se encuentra el canadiense César Jaramillo, quien es el director ejecutivo del organismo de la sociedad civil canadiense Project Ploughshares, que trabaja en favor de la prevención de los conflictos armados y tiene su sede en la ciudad de Waterloo, en la provincia de Ontario.
Entrevistado por Radio Canadá Internacional, Jaramillo lamentó la ausencia de representantes oficiales del gobierno canadiense, destacando que por interés propio, Canadá debería participar en esta conferencia. También señaló que esta ausencia se debe a la fuerte presión estadounidense que pidió a varios países, incluyendo Canadá, que no apoyen ni participen en esta iniciativa de la comunidad internacional que busca el desarme nuclear.
Los países que encabezaron esta iniciativa son Austria, Irlanda, México, Brasil, Sudáfrica y Suecia, entre otros, con el apoyo de cientos de organizaciones no gubernamentales del mundo.
Los países que se oponen a la prohibición para todos de las armas nucleares y votaron en contra en la Asamblea General fueron Estados Unidos, Francia, Israel, Gran Bretaña y Rusia. Junto a los países que se abstuvieron, que son China, India y Pakistán, poseen los mayores arsenales nucleares declarados y no declarados del mundo.
El responsable de Desarme de Naciones Unidas, Kim Won-soo, declaró que el Reloj del Apocalipsis, que indica cuán cerca se encuentra la humanidad a las puertas de una catástrofe nuclear, marca 2,5 minutos antes de la medianoche, la peor situación desde 1953, según el responsable.
En la sesión inaugural de esta conferencia para prohibir uso de armas nucleares en la sede de la ONU, los países participantes recibieron el apoyo de la Cruz Roja Internacional y un mensaje del papa Francisco, quien expresaba que la búsqueda de la eliminación de las armas nucleares es un «imperativo moral y humanitario».
Con la excepción de Holanda, los países de la OTAN decidieron no participar de las negociaciones y boicotear abiertamente la discusión.
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