El 10 de abril de 1912, una de las embarcaciones más emblemáticas del mundo, el Titanic, iniciaba su viaje inaugural, que sería también el último.
La suerte de esa nave se encuentra íntimamente ligada a Canadá, donde se encuentran enterradas varias de sus víctimas y donde existe un museo que recuerda a los pasajeros, al navío y a su triste y prematuro final.
El Titanic había partido del puerto de Southhampton, en Inglaterra, y su destino era la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, pero en su trayecto, en medio del Océano Atlántico, la que había sido diseñada como la nave más grande y lujosa del momento para el traslado de pasajeros, se topó con un enorme témpano, contra el que chocó en medio de la bruma nocturna. El impacto produjo daños irreversibles en el casco del buque y, tras algunas horas, el transatlántico que había sido diseñado a prueba de hundimiento, fue “tragado” por las fauces del mar.
Alrededor de 1500 personas perdieron la vida.
La memoria canadiense del Titanic
El Museo Marítimo del Atlántico, ubicado en Hálifax, en la provincia canadiense de Nueva Escocia, alberga una exposición permanente dedicada al Titanic. La misma permite a los visitantes observar una de las colecciones más grandes de artefactos que pertenecían al navío o a sus ocupantes.
En su mayoría, esos objetos fueron hallados por el personal de las distintas embarcaciones que se destinaron a la recuperación de los cuerpos de las víctimas del naufragio. Tras varias décadas, los familiares de aquellos socorristas decidieron donar al museo los objetos que recuerdan la tragedia.
Entre los artículos expuestos figuran mobiliario, vestimentas y otros efectos personales.
Canadá como última morada
Hálifax era el puerto marítimo más cercano al sitio de la tragedia y se convirtió en la base principal desde las que se lanzaron las operaciones de rescate.
De los miles de víctimas que dejó el naufragio entre pasajeros y tripulación, 300 cuerpos recobrados fueron trasladados a esa ciudad canadiense.
Allí, 3 cementerios albergan a las víctimas. El cementerio Fairview Lawn fue el que más cuerpos recibió. En su predio se pueden ver aún hoy 121 tumbas de víctimas del Titanic. Otros 19 restos descansan en el cementerio de Mount Olivet y 10 más en el de Barón de Hirsch.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.