Se cumplen dos siglos del descubrimiento, por el médico británico James Parkinson, en 1817, de la enfermedad que hoy lleva su nombre.
Parkinson, quien publicó un libro “Un ensayo sobre la parálisis agitante” como se le llamaba en esa época a la enfermedad, describía a seis pacientes afectados por la misma. Enfermedad considerada hoy como una de las mayores neuro-degenerativas que aflige a la población canadiense cada vez más envejecida.
EscucheLa enfermedad se entiende mejor que nunca desde un punto de vista genético, gracias a los avances en los últimos años, dice el neurólogo Sylvain Chouinard, co-director de la Unidad de Trastornos del Movimiento André Barbeau del Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal (CHUM).
Si los genes vinculados a la enfermedad son más conocidos hoy en día, el Dr. Chouinard lamenta todavía la dificultad para detectar temprano y con certeza la condición que afecta a muchas personas, especialmente las personas mayores. «Cuando anunciamos un diagnóstico, todavía hay un grado de incertidumbre, porque no tenemos buenas herramientas o biomarcadores para detectar Parkinson, aun en 2017. Todavía vamos con el examen clínico y la historia del paciente, «dice.
La enfermedad de Parkinson es causada por una deficiencia en dopamina, un neurotransmisor. Además de un temblor particular que se produce cuando los miembros están en reposo, este trastorno se caracteriza por una serie de síntomas no motores, tales como problemas de memoria y trastornos del sueño, así como por la presión arterial.
Cuando decimos enfermedad de Parkinson lo primero que viene a la cabeza es el temblor. Un temblor bien particular que ocurre en reposo, contrariamente a otras formas de temblor. La enfermedad de Parkinson es un conjunto de síntomas motores. Pero es interesante decir que ya hace 200 años James Parkinson había mencionado que había otros síntomas no motores. Hablaba de problemas de memoria que pueden ser asociados a la enfermedad, lo que es interesante desde una perspectiva histórica.
El neurólogo de la Universidad de Montreal agrega que en los últimos años se comprendieron mejor esos síntomas no motores, como los problemas para dormir o de estado de ánimo, de tensión arterial, de constipación, entre otros.
Las causas de la enfermedad
“Lo que se conoce desde hace años y que sucede a la base de la enfermedad es un problema en una substancia química, la dopamina. Sabemos que la enfermedad de Parkinson es el reflejo de una deficiencia en dopamina, conocemos el problema a nivel bioquímico”.
¿Qué causa esa deficiencia en dopamina?
En los últimos años hubo grandes avances para comprender los mecanismos del porqué hay menos dopamina en el cerebro. Son mecanismos de origen genético y del medioambiente, lo que se come, lo que se respira, lo que se bebe. Son los dos.
– Sylvain Chouinard, neurólogo
Reconoce que hubo un desarrollo increíble en los últimos años sobre la genética de Parkinson, se descubrieron nuevos genes. También destaca que es importante señalar que se comprende mejor lo que ocurre a nivel de la enfermedad. “La genética es mucho más importante cuando se es joven”.
La importancia de la edad
“No hablamos de la edad de la aparición, puede aparecer a cualquier edad, pero, más joven es uno, más fuerte es el componente genético, y más viejo es uno, más fuerte es el componente medioambiental”.
A nivel medioambiental hace referencia a los pesticidas e insecticidas, él cree que puede tratarse de factores que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad. Pero no se entienden las causas de la enfermedad.
A pesar de eso, dice, los síntomas son bien controlados por los medicamentos. Los pacientes recuperan casi totalmente la “normalidad” de sus gestos. Hay una gran mejoría de los síntomas a lo largo de los años.
Pero cuando ese medicamento ya no alcanza, ¿qué hay?
“Contamos con un arsenal terapéutico importante que busca siempre compensar la falta de dopamina. Tenemos otras clases de medicamentos para aliviar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. También en los últimos años existen técnicas mucho más avanzadas. Hablamos de cirugía a nivel cerebral y otras maneras de dar la dopamina a través de un tubo en el estómago, que es toda una revolución en el tratamiento del Parkinson”.
Se trata del Duodopa, un aparato que comprende una sonda y una bomba que inyecta un medicamento, la Levodopa, directamente en el intestino delgado del paciente.
Este sistema permite una inyección continua en el sistema digestivo, del fármaco que se transforma en dopamina una vez dentro del cerebro. Este dispositivo ha sido probado en cuatro centros de excelencia en Canadá, entre ellos, en la Unidad de Trastornos del Movimiento André Barbeau del Centro Hospitalario de la Universidad de Montreal (CHUM )
Este enfoque terapéutico es más simple y menos arriesgado que la estimulación cerebral profunda, un tratamiento quirúrgico que consiste en implantar dos electrodos en una región específica del cerebro que interrumpe la señal del cerebro responsable de los síntomas motores de la enfermedad
¿Es posible diagnosticar el inicio de la enfermedad?
Eso es extremadamente importante destaca el neurólogo canadiense.
“Cuando anunciamos un diagnóstico de la enfermedad de Parkinson , lo hacemos con un grado de incertidumbre, porque no tenemos buenas herramientas o biomarcadores para detectar el Parkinson. Aun en 2017 es el examen clínico y la historia del paciente lo que nos permite hacer el diagnóstico”.
Los dos indicios del mal de Parkinson
En los últimos años hubo una evolución a nivel de indicios, de síntomas que pueden dejarnos pensar que eventualmente vamos a desarrollar la enfermedad de Parkinson.
“Nos dimos cuenta que la gente que tiene problemas de sueño muy particulares, que desarrolla trastornos del sueño, suele considerarse un síntoma precursor de la enfermedad de Parkinson. También está la pérdida del olfato que a menudo puede ser un síntoma precoz también de que la gente puede desarrollar la enfermedad de Parkinson”.
El futuro de la enfermedad de Parkinson
¿Es posible sanarlo completamente?
«No puedo decir que no. Es un sueño, pero creo que, cada vez más, se trata de un sueño alcanzable «, dice Sylvain Chouinard. En el logro de este objetivo, muchos avances podrían mejorar la calidad de vida de los pacientes en los próximos años.
Entre las vías de investigación, menciona la terapia génica, es decir la intervención directa sobre los genes que podrían ser en parte responsables de la enfermedad de Parkinson.
Las cifras de Parkinson
100 millones de personas en el mundo;
100.000 en Canadá;
25.000 en Quebec.
En México no existen cifras exactas, pero se calcula que la padecen unas 50 personas por cada 100 mil habitantes. La Organización Mundial de la Salud estima que el número total de pacientes se duplicará.
RCI/Radio Canadá/Internet
El Dr. Chouinard fue entrevistado por Yanick Villedieu, del programa Les années-lumière.
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