Dos atentados a la bomba dejaron por lo menos 40 muertos este viernes en las ciudades de Quetta y Parachinar en Pakistán.
Al menos 13 personas, entre los que se encuentran 7 policías, murieron primero en un atentado suicida en la ciudad de Quetta, en el sudoeste del país, cuando un kamikaze accionó su chaleco de explosivos en el momento en que agentes de policía detuvieron su vehículo para registrarlo en un puesto de control. Se cuentan también 19 heridos.
Al anochecer (hora local) en Parachinar, noreste del país, dos explosiones dejaron un saldo de 27 muertos y unos 120 heridos en un mercado, declaró a Reuters un responsable gubernamental. Y en Karachi, un ataque a mano armada contra la policía dejo 4 muertos.
Quetta, situada a un centenar de kilómetros de la frontera con Afganistán, es regularmente el blanco de actos de violencia. El grupo islamista Jamaat ur Ahrar, nacido de una división de los talibanes paquistaníes, reivindicó el atentado en un mensaje de Asad Mansur, portavoz de la organización.
“Seguiremos atacando hasta que se aplique un verdadero código de la Charia en Pakistán”, advirtió.
El grupo islamista Estado Islámico reivindicó también este atentado en un mensaje dirigido a los periodistas. Jamaat ur Ahrar y el Estado Islámico han reivindicado ya ciertos atentados de forma conjunta en Pakistán.
En Parachinar, las dos explosiones, que ocurrieron a tres minutos de intervalo en esta ciudad fronteriza con Afganistán, no han sido reivindicadas todavía.
RCI/Reuters
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