El trabajador migrante Henry Aguirre de Guatemala durante una manifestación en Montreal. Aguirre está pidiendo cambios en el programa de trabajadores extranjeros temporales de Canadá para reducir la explotación y el abuso de esos trabajadores.
Photo Credit: (Graham Hughes / Canadian Press)

Ser trabajador temporal extranjero y guardar el optimismo

Que se hagan inspecciones en las granjas donde hay trabajadores temporales y que pregunten, que revisen como están esas personas. Más que el gobierno, son los empleadores los que maltratan. Cuando uno viene de afuera amenazan con deportarlos. Que revisen eso constantemente. Y que esas personas que ofrecen cosas que no son ciertas, que las investiguen, porque a nosotros nos pasó todo eso y está la posibilidad que nos deporten, mientras que la persona que nos estafó sigue trabajando libremente.

Henry Aguirre, un joven agricultor guatemalteco decidió probar suerte en una granja en Quebec y se consideró afortunado al ser contratado como trabajador temporal en una pollería. Pronto se dio cuenta que entre lo prometido y la realidad había una distancia. Pero tiene 27 años, y a pesar de los obstáculos que tuvo y tiene para regularizar su situación, confía en que los cambios para mejorar su situación y la de sus compañeros no tardarán en llegar.  Por eso decidió salir al frente.

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Algunos trabajadores temporales extranjeros, como Aguirre, están pidiendo al gobierno que deje de expedir permisos de trabajo cerrados, que restringen a los trabajadores a un solo empleador. © (Jonathan Hayward / Prensa Canadiense)

El tema no es nuevo. Algunos dicen que el programa de trabajadores temporales extranjeros incrementa los problemas que sufren los trabajadores.

Otros denuncian además, la estafa de la que son víctimas por parte de una agencia de colocación.

Henry Aguirre coincide con ellos. Y aunque desilusionado por su primera experiencia laboral tiene al mismo tiempo la capacidad de ver también el lado positivo de su corta experiencia en Quebec.

Hoy, a un año de su llegada a Canadá, está aprendiendo el francés y se integra muy bien a su nuevo trabajo. Todo esto, en medio de una angustiante espera de saber si podrá o no continuar con él.

La historia de Henry

Vivía con sus padres y hermanos. Cultivaba la tierra. Pero la situación económica era muy difícil y las posibilidades de encontrar otro tipo de trabajo era nulas. “Era agricultor. Mi vida era mala por la situación económica. Hubo años de mala cosecha, teníamos a veces que buscar dinero, eso hacía que uno migrara para acá”, dice Henry.

Los trámites para obtener el permiso laboral eran interminables y significaban un gasto adicional por los varios viajes que tenía que realizar entre su casa y el lugar de reclutamiento, bastante lejos.

Pero lo logró y llegó a Victoriaville, en Quebec.

El desencanto fue rápido. Al igual que otros compatriotas en la misma situación, no dudó en denunciar las prácticas deshonestas de la compañía que lo contrató inicialmente por malos tratos e incumplimiento del contrato  y el accionar de un canadiense de origen guatemalteco que los estafó con falsas promesas de resolver el tema migratorio. El dato no es menor, dado que Henry dice que le pagó 4 500 dólares.

Y por eso participó junto a un grupo de activistas y trabajadores extranjeros que manifestaron en Montreal el mes pasado para solicitar cambios al programa de trabajadores extranjeros temporales de Canadá.

Entre otras cosas, pidió que se ponga fin a la práctica de expedir permisos de trabajo cerrados, lo que obliga a un trabajador a tener un solo empleador. Y que se respeten los términos de los contratos, que muchas veces los trabajadores firman sin comprender  los escritos en francés o inglés.

Henry destaca que en su nuevo empleo ya no tiene problemas. Trabaja las horas prometidas, su salario es pagado regularmente.

Mayor control a las empresas

Que se hagan inspecciones en las granjas donde hay trabajadores temporales y que pregunten, que revisen como están esas personas. Más que el gobierno, son los empleadores los que maltratan. Cuando uno viene de afuera amenazan con deportarlos. Que revisen eso constantemente. Y que esas personas que ofrecen cosas que no son ciertas, que las investiguen, porque a nosotros nos pasó todo eso y está la posibilidad que nos deporten, mientras que la persona que nos estafó sigue trabajando libremente.

Henry  obtuvo un permiso de trabajo abierto hasta octubre, cuando la solicitud de revisión judicial será atendida en la corte.

Espera, al igual que los otros compañeros, que finalmente se le permita permanecer en Canadá, trabajar fuerte y así poder ayudar a su familia en Guatemala.

Esto y más en la entrevista con Heny Aguirre, trabajador temporal extranjero.

Categorías: Economía, Inmigración y Refugiados, Internacional
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