En un informe publicado hoy por el Instituto de investigación independiente sobre políticas públicas y económicas C.D.Howe indica que el frágil sistema de leyes y regulaciones financieras de Canadá convirtieron al país en un destino preferencial para el lavado de dinero y para aquellos que quieren ocultar las ganancias realizadas a partir de actos criminales.
Denis Meunier, autor de dicho artículo asegura que “el crimen organizado, los evasores de impuestos y los lavadores de dinero no se detienen y su dinero sucio fluye siempre por el camino que ofrece menos resistencia hacia el puerto más seguro y Canadá es visto ampliamente como un destino para canalizar el producto del crimen”.
El informe se focaliza en las laxas normas canadienses para el registro de sociedades y fideicomisos, en particular, la lista de requisitos para nada exigentes, que se necesitan para identificar quienes son los verdaderos propietario o beneficiarios de esas sociedades y fideicomisos conocido legalmente como información sobre los “beneficiarios finales”.
En el artículo explica que el sistema federal ha creado una estructura que permite que aquellos que buscan registrar una corporación puedan elegir entre diversas opciones, entre ellas, la posibilidad de escoger una jurisdicción provincial con un bajo nivel de visibilidad y posibilidad de divulgación.
Como producto de estas debilidades, los criminales, o sus representantes, pueden ocultar con con una gran efectividad los verdaderos nombres o propietarios de las cuentas de manera tal que la vehiculización del dinero sucio, generalmente disimulado con dinero legítimo, es canalizado con éxito hacia el sistema financiero canadiense.
En otro párrafo del escrito, Meunier indicó que con conocimientos profesionales, se pueden crear estructuras complejas en Canadá o en el extranjero que podrían entorpecer, ralentizar o en definitiva detener cualquier investigación que intente conectar el dinero sucio con el beneficiario final.
En definitiva, quizás uno de los datos más interesantes del estudio es que las reglas de Canadá para identificar a los propietarios de las corporaciones dudosas son mucho más débiles que las reglas que se imponen a los ciudadanos comunes y corrientes. Esto convierte a Canadá un paraíso para el lavado de dinero proveniente de actos criminales.
Este estudio pide la creación de un registro central de empresas de acceso público que contenga información veraz de las propiedades de la empresa y sugiere que es necesaria una armonización de las leyes provinciales y de las regulaciones que contienen para hacer de este registro una herramienta de búsqueda integral.
Para Meunier, es necesario forzar la divulgación de información a partir de fuertes sanciones financieras o incluso penales. Según el investigador, este régimen debería ser ampliado para intentar cubrir a los especialistas en bienes raíces, contadores, casinos y comerciantes de metales y piedras preciosas.
En el informe se pueden vislumbrar estimaciones de entre 5 mil y 100 millones de dólares en dinero sucio que se blanquea bajo el actual régimen canadiense, a pesar de los compromisos realizado por el gobierno federal para tratar de cerrar la brecha.
El Departamento Federal de Finanzas aseguró que se ha estado trabajando con las provincias y territorios canadienses desde hay ya casi un año para intentar hacer más estrictas las normas de divulgación e informó que menos del 10% de las empresas canadienses están registradas a nivel federal.
Fuente CBC.ca news.
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