Memorandos internos preparados por el gobierno federal indican que los responsables de la administración en Ottawa consideraron que la legalización del consumo de la marihuana recreativa no debería atraer la atención del crimen organizado.
Según las notas, los integrantes de la administración Trudeau se inclinaron por considerar que no habría “ningún factor de atracción” importante para que las organizaciones delictivas decidieran invertir en el mercado del cannabis, en lugar de colocar sus esfuerzos en otras actividades.
De todos modos, algunos observadores sostuvieron que parte del dinero de las bandas delictivas se destina de hecho a la industria legal de la marihuana terapéutica.
Los escritos dejan entrever que los responsables de las áreas de Salud y Seguridad Pública no consideran que la potencial infiltración del crimen organizado en la actividad, que se encuentra en pleno auge en Canadá, signifique una amenaza mayor.
En octubre último entró en vigencia una normativa, impulsada por el gobierno federal canadiense, que permite el consumo legal de marihuana con fines recreativos y habilitó la apertura de comercios que venden el producto al público en general.
Los memorandos, a los que se pudo acceder en virtud de la Ley de Acceso a la Información, dejan en claro que el gobierno demandó su opinión a 9 agencias federales a comienzos de 2018, para conocer el punto de vista de sus responsables en torno al efecto que la despenalización del consumo de marihuana podría tener en relación con el crimen organizado.
Esa consulta fue realizada en momentos en que numerosos artículos periodísticos sostuvieron que dinero de origen dudoso era destinado a financiar empresas que comercializan legalmente el denominado cannabis terapéutico.
Las notas recordaron que es legal el uso de cuentas bancarias en el extranjero para invertir en una empresa en Canadá.
De todos modos, las autoridades canadienses sostienen que hasta el momento no se cuenta con elementos suficientes que prueben que ese sea un mecanismo utilizado por los grupos criminales, para buscar beneficios económicos mediante la participación en el mercado de la marihuana.
El gobierno de Justin Trudeau fundamentó su decisión de legalizar la marihuana legal con el argumento de que tal medida ayudaría a arrebatar el comercio de ese producto al crimen organizado.
Los flamantes comercios destinados a la venta de marihuana recreativa debieron reducir el horario de atención al público, debido a la escasez de insumos para satisfacer la gran demanda.
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