Por cada libro que cuesta 20 dólares, el escritor recibe 2 dólares.
Una encuesta llevada a cabo por Unión de Escritores de Canadá señala que los escritores canadienses, incluso los considerados exitosos, apenas ganan lo suficiente para vivir de su arte. Y esa pobreza en el medio literario va en aumento.
Carmen Rodríguez, escritora chilena-canadiense forma parte del directorio del Sindicato de Escritores de Canadá, una organización nacional de autores de libros publicados profesionalmente que se moviliza para resolver el problema.
La Unión de Escritores de Canadá, en su encuesta, destaca que El ingreso promedio de un escritor es de solo $ 9400 dólares al año.
Escuche¿De que vive entonces una escritora como usted, por ejemplo?
«Si yo quisiera depender de lo que escribo no llegaría ni a dos días por mes».
¿Cuántos libros habría que vender para poder depender de esas entradas como tu sueldo básico?
¿Quién se lleva el 90%?
Las editoriales mismas no se llevan tanto. Son los intermediarios, los distribuidores y los vendedores los que se llevan la mayor parte. Esto existe en Canadá y alrededor del mundo.
Y la otra parte que contribuye a la pobreza de los escritores y por ende a la disminución en las entradas de los escritores por concepto de lo que escriben, se remonta al año 2012, explica Carmen Rodríguez. El gobierno conservador de la época había pasado una ley que le otorgó licencia a las organizaciones educativas, universidades y escuelas, para fotocopiar libremente, sin pagar derechos de autor.
Eso significó una pérdida enorme para los escritores.
Carmen Rodríguez es miembro del directorio del Sindicato de Escritores de Canadá,una organización nacional de autores de libros publicados profesionalmente.
¿Cómo puede proteger a los escritores el sindicato que los representa?
El actual gobierno liberal ha formado un comité dentro del Parlamento para recibir testimonios y razonamientos tanto de los escritores como de las instituciones educativas. En este momento se están dando estas sesiones en las que el sindicato está muy presente con sus argumentos sobre la pobreza de los escritores y su ingreso que ha resultado reducido drásticamente por esta ley.
Por otro lado, a las instituciones educativas les conviene no pagar. Ellas también están presentando sus argumentos.
Un buen indicio sobre las posibilidades de que ganemos esta lucha es que la institución de derechos de autor, la que lleva la cuenta de las fotocopias que se hacen de los libros, querelló a la Universidad de York y ganó el juicio. Ese es un gran precedente que ayuda avanzar en estos argumentos.
Un segundo elemento positivo es que la Unión Europea acaba de unificar sus posiciones, por país, en favor de los derechos de autor.
Escritores de las minorías confinados a la pobreza y el gueto
“Hay una gran cantidad de escritores proveniente de las minorías, y aunque no hay estadísticas claras, yo como parte del directorio del sindicato, ahora estoy en misión de tratar de encontrar estas cifras”.
Sabemos que hay muchos escritores canadienses, de primera generación, inmigrantes o refugiados, que escriben en su lengua materna. Estos escritores, señala Carmen, son los más castigados por estas políticas porque no tienen acceso a becas o financiamiento para traducir sus obras a una de las lenguas oficiales para poder presentarlas a editoriales que las quieran considerar para su publicación.
Estos escritores crean ellos mismos sus editoriales. Básicamente los que están al origen de esta idea son escritores latinoamericanos que se han agrupado y que publican en lengua castellana en las ciudades de Ottawa, Montreal, en Toronto. ¿Cómo lo hacen? ¡Con dinero de sus bolsillos!
El problema con eso es que obviamente que el público lector es reducido. Entonces no hay entradas sino gastos. Y además ese trabajo se queda en el gueto, en la comunidad.
El Sindicato de Escritores está abogando por que el Consejo de las Artes considere este problema como uno real, que enfrentamos una gran cantidad de escritores para que se concedan becas individuales para la traducción de nuestros trabajos.
Carmen Rodríguez explica también cómo el Sindicato de Escritores, desde hace años está luchando para obtener un salario básico para los artistas, que les garantice la sobrevivencia.
Esto y más en la entrevista de Radio Canadá Internacional con la escritora chileno-canadiense Carmen Rodríguez, miembro del directorio del Sindicato de Escritores de Canadá.
Los escritores de Quebec luchan por escribir libros, publicarlos y promocionarlos, participar en eventos como lecturas públicas y conferencias, y los ingresos que obtienen de estas actividades son de solo $ 9,169 en promedio. Y el ingreso medio literario es inferior a $ 3,000. Estos datos provienen de una encuesta realizada el verano pasado entre miembros de la Unión de Escritores de Quebec (UNEQ), basada en sus declaraciones de impuestos de 2017.
Esta erosión de los derechos de reproducción fue provocada por enmiendas a la ley federal de derechos de autor en 2012 por el gobierno de Stephen Harper. De 2012 a 2014, los beneficiarios representados por Copibec perdieron $ 4 millones en regalías. La regalía pagada a los autores, creadores y editores ha disminuido en un 23% por cada página copiada por las universidades, dijo recientemente Copibec, quien teme una disminución constante en las regalías o incluso su desaparición si no se revisa la Ley de Derecho de Autor .
«Mi último libro, que ha tenido un gran éxito y reconocimiento, me costó cinco años de trabajo. Si vendo 1.000 copias (tendría suerte, es una cifra bastante buena en Quebec), obtendré un ingreso de menos de $ 2,500 por cinco años de trabajo”.
-Mélikah Abdelmoumen, escritora, miembro de la UNEQ.
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