Una de las principales migraciones que ocurren en el reino animal, y que tienen a la denominada mariposa monarca como protagonista, podría estar retornando a la normalidad, tras un rápido crecimiento en la cantidad de ejemplares.
Sin embargo, y a pesar de ser uno de los territorios donde miles y miles de mariposas se pasean durante el verano, no es Canadá quién más ha contribuido a mejorar la situación, sino que ese rol le corresponde principalmente a México, a partir de una política de preservación forestal.
Reconocibles por sus vívidos colores, donde predominan el negro y las tonalidades anaranjadas, cada año millones de mariposas viajan desde los territorios de Canadá y Estados Unidos hacia México, en un recorrido que supera los 5000 kilómetros, para evitar los rigores del invierno boreal.
En los últimos años, la cantidad de ejemplares que realizan la migración había decrecido considerablemente.
Según Carolyn Callaghan, de la Federación Canadiense de la Vida Silvestre, citada por la agencia The Canadian Press, esa reducción alcanzó al 90 por ciento, comparando la población de mariposas actuales con los registros históricos.
Razones para la baja
En 2017 se calculó en 78 millones el número de mariposas monarcas que llegaron para pasar el verano en los bosques de México. Tan sólo un año antes, esa cifra rondaba los 100 millones.
Diversas razones pueden contribuir a la reducción de una especie animal.
En el caso de las mariposas monarcas la principal incidencia la tuvo la cuestión climática. Las diversas tormentas tropicales y tornados que sacudieron buena parte del Caribe y del territorio estadounidense en los últimos tiempos, fenómenos que en algunos casos alcanzaron gran violencia, fueron la primera causa de muerte de ejemplares.
Incapaces de llegar a destino, en los bosques mexicanos, las mariposas se vieron impedidas de alimentarse o quedaron a merced de las bajas temperaturas presentes más al norte.
Buenas noticias
En 1993 las mariposas monarcas se “establecían” en una superficie equivalente a 6,2 hectáreas de bosques, mientras que en 2017 ese territorio se había reducido a tan sólo 2,5 hectáreas.
Según una medición llevada a cabo por los expertos en 2018, el número de monarcas presentes en los bosques mexicanos se multiplicó el 144 por ciento con respecto a 2017.
Pero, ¿Cómo cuentan a las mariposas?
Los científicos estiman la cantidad de insectos mediante mediciones que se llevan a cabo en una porción pequeña del bosque donde estos se congregan y se toma en cuenta la extensión del territorio en el que se encuentran.
Las condiciones climáticas menos severas son uno de los factores que favorecen la mejoría. Sin embargo, el factor clave se encuentra en medidas conservacionistas adoptadas principalmente en México y Estados Unidos.
En el caso mexicano, ese país ha llevado adelante una política agresiva para revertir la deforestación ilegal, una de las principales amenazas para el hábitat de las mariposas, al tiempo que introdujo medidas para propiciar el eco-turismo. La industria turística es una de las principales fuentes de ingreso del país (941 millones de facturación en enero de 2018).
Respecto a la experiencia estadounidense, las autoridades llevaron adelante una replantación extensiva de la hierba en la que las mariposas depositan sus huevos y de las flores de las que obtienen el néctar. La tarea se centró principalmente en tierras que no son utilizadas, corredores de líneas de energía eléctrica y los islotes que separan la circulación en uno y otro sentido en las autopistas.
Canadá debe recuperar terreno
Canadá no sólo es un “hogar” predilecto para las mariposas monarcas en época estival, sino que también genera una porción importante de la población total de esa especie. Al menos un tercio de las mariposas contabilizadas en México son originarias de las provincias canadienses y algunos estados norteños de Estados Unidos.
Sin embargo, los esfuerzos locales para restaurar el hábitat y favorecer a la recuperación de la población de monarcas distan de ser suficientes.
La experiencia estadounidense podría ser replicada aquí; “podríamos hacerlo a lo largo de nuestras líneas eléctricas, autopistas y tierras en desuso”, sostiene Callaghan.
Si bien son consideradas en peligro, las mariposas monarca no están incluidas en el Acta de Especies en Riesgo.
Con información de The Canadian Press
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