Olvidada durante mucho tiempo por los diferentes niveles de gobierno, la comunidad de Antapite en Perú renace gracias a la llegada de agua potable.
Desde el pasado mes de octubre, Alas de Esperanza y sus asociados en Perú han estado trabajando con la comunidad de Antapite para instalar un sistema de suministro de agua confiable, permanente y alimentado por gravedad. El agua proviene de dos fuentes recogidas en las alturas del pueblo.
André Franche es presidente de Alas de Esperanza, organización que financia en su mayoría proyectos relacionados con el acceso al agua potable en Perú
Él explica que la pequeña comunidad de Antapite, compuesta por unas cincuenta familias en el pueblo, se encuentra a unas tres horas de Huamanga, en Ayacucho. Se trata de una comunidad muy alejada, abandonada y con mucha pobreza.
Esta comunidad no solo estuvo olvidada por todos los niveles de gobierno, dice André, sino que también sufrió las consecuencias de la violencia desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso y los enfrentamientos con las fuerzas armadas, dejando a la comunidad en el medio del fuego explica André.
Hubo un ensayo de parte del gobierno para instalar un sistema de agua potable. El problema, explica André Franche, es que en su mayoría son proyectos mal elaborados y que por esa razón no duran. El gobierno manda contratistas que hacen el trabajo y la gente no participa. El contratista no va a formar operadores ni comités de agua para asegurar el buen mantenimiento de la gestión del sistema, señala.
El inicio del trabajo con la comunidad
André cuenta que fue el alcalde del distrito quien le habló a Alas de Esperanza sobre la comunidad de Antapite.
Esas condiciones fueron aceptadas por la comunidad, entonces el paso siguiente fue enviar una trabajadora social, Reyna Quispe.
Además de las reuniones con la población, ella visitó a todas las familias y pasó varias horas con cada madre para prepararlas para su nueva vida.
Para que se entienda lo que representa este cambio para ellas, André explica que anteriormente las mujeres iban caminando a buscar el agua en charcos, en canales de riego, y que se trataba de agua sucia.
Todavía falta construir los lavabos en concreto. André calcula que en dos meses, todas las familias tendrán agua corriente en casa.
La puesta en marcha del proyecto
Se captaron dos manantiales para alimentar en agua a toda la comunidad. Se canalizó el agua por el pueblo, por gravedad. Siempre que se puede dan prioridad a ese tipo de proyectos de abastecimiento por gravedad, explica el director de Alas de Esperanza, porque representa menos gastos de mantenimiento. El agua que llega ahora a todas las casas es cristalina.
Alas de Esperanza ayuda desde hace años a que las comunidades lejanas de Perú obtengan agua potable. Hablar con André Franche significa siempre una buena noticia. No se trata de proyectos gigantescos.
Pero cuando algún día se ponga sobre papel la cantidad de personas de las comunidades que obtuvieron agua potable, con todo lo que eso significa para el desarrollo de esas comunidades, se podrá ver la extensión de lo logrado en término poblacional.
Le preguntamos simplemente a André como se siente al ver ese progreso.
Siempre hay problemas pero la motivación es constante gracias además al pequeño equipo que tenemos en Perú, y que cada vez más está obteniendo una mayor autonomía.
Esto y mucho más en la entrevista de Radio Canadá Internacional con André Franche, presidente de Alas de Esperanza.
EscucheEn sus inicios, Alas de Esperanza nace bajo la influencia de misioneros Franciscanos católicos, que partieron de Canadá para establecer misiones en los rincones más remotos del Perú.
En 1971, un grupo de laicos que trabajaba con los franciscanos creó oficialmente Alas de Esperanza para organizar el transporte aéreo humanitario y misionero en Perú.
Gracias al avión, un viaje que duraba más de una semana se podía hacer en 45 minutos.
Y desde el año 2000, la organización financia en su mayoría proyectos relacionados con el acceso al agua potable en Perú. Ella instala sistemas confiables y permanentes en comunidades muy remotas y marginadas.
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