El Día Internacional de la Mujer, el 8 de Marzo, es una ocasión para reflexionar sobre la situación de las mujeres y los desafíos aún pendientes para lograr la equidad en materia de género.
En la actualidad, 9 mujeres mueren por minuto en América Latina, víctimas de la violencia de género. En la región, 23 países suman 3000 casos de feminicidios y sólo el 10 por ciento de estos es denunciado ante la justicia.
Muchos de esos crímenes son resultado de abuso del poder por parte de las fuerzas que precisamente deberían velar por la seguridad de las personas.
En México, por ejemplo, se cuenta con pruebas suficientes de los vínculos de militares o ex militares con redes responsables de un número elevado de asesinato de mujeres.
Tal situación es alentada por la impunidad que rodea a muchos de los casos, donde el aparato judicial, en lugar de proteger a la denunciante, la culpabiliza, criticándola por su forma de vestir, acusándola de buscar aventuras amorosas extramatrimoniales, negándole credibilidad a sus denuncias…
Según Marie-Christine Doran, nuestra entrevistada, falta avanzar mucho en la investigación que permita identificar las causas más profundas de la violencia contra la mujer en diversos países de América Latina, así como en la desarticulación de los nexos entre feminicidio, coerción estatal, contrabando de personas y narcotráfico.
Por otro lado, el asesinato de la activista ambiental Berta Cáceres, ocurrido en Honduras hace 3 años, nos recuerda otra forma habitual de la violencia contra la mujer en Latinoamérica: la matanza de militantes sociales.
El cuadro se completa con los abusos sexuales sistemáticos. En 2018, un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a México por el caso Atenco, en el que la policía abusó sexualmente de mujeres que reclamaban su derecho a vender flores en la vía pública.
Doran especula con la idea de que una razón para que se castigue tanto los movimientos sociales en América Latina, y en particular a los liderados por mujeres, es que allí estos son muy activos y logran avances que no son comunes en otras partes del mundo.
Pero al mismo tiempo, y ya que América Latina es señalada frecuentemente como una tierra de contrastes, también es allí donde la mujer ha adquirido un protagonismo inédito en las luchas sociales, con las más jóvenes a la cabeza.
Los movimientos “Me Too” en Chile, “Ni una menos” en Argentina y las protestas por los casos de esterilización forzada de mujeres indígenas durante los 10 años de gobierno de Alberto Fujimori en Perú, son una demostración del rol activo que la mujer juega en el diseño de la sociedad actual.
Marie Christine Doran, investigadora y profesora de la Escuela de Estudios políticos de la Universidad de Ottawa, se refiere al tema en diálogo con Luis Laborda.
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